Hemos comentado muchas veces que las lesiones son el principal problema ante el que se encuentra un atleta. Nunca es un buen momento para lesionarse porque, o bien nos cortan la preparación, o bien nos impiden competir en la prueba que estamos preparando que, casualmente, siempre consideramos que es la más importante, nuestra preferida.

De lo que no somos conscientes, es de que las lesiones son también parte del juego, al igual que los días malos. Me resulta curioso cómo muchas chicas llegan al grupo sin haber corrido jamás, medio obligadas por otra amiga, y sufren muchísimo cuando tienen que parar por algún dolor. Es algo muy habitual, los beneficios que supone la práctica del ejercicio físico y la motivación por mejorar nos convierten en “adictos” del deporte, siempre en el buen sentido.

Pero en este punto, es donde me gustaría hacer una reflexión. Porque una cosa es disgustarse por tener un dolor que nos obligue a parar y otra, muy distinta y que no comparto, es seguir corriendo a pesar de él, sólo porque nos es imposible no acudir a una carrera. Así que, en esta entrada, voy a hacer uso de mi sentido de la responsabilidad hacia vosotras, para aconsejaros sobre lo que debemos hacer ante una lesión, de forma bastante tajante:

1. Lo primero que hay que hacer ante un dolor, sin la más mínima duda, es pararse. No importa que sea poca cosa o que el vecino del quinto tuvo lo mismo y se le quitó. Hay que PARARSE.
2. Si es posible, yo recomiendo ir al fisio para tratarlo. Y si el dolor continúa, hay que pedir una opinión médica. Porque siempre he dicho que el médico diagnostica y el fisio cura, aunque haya dolores que un fisioterapeuta puede diagnosticar perfectamente. Si no es el caso, será importante la opinión médica.
3. No soy partidaria de las “pruebas”. Hace nada, una chica me dijo que iba a probar a trotar, aunque caminando le dolía. ¿Cómo? No hay pruebas que valgan. Cuando esté curado se empieza de forma progresiva y punto, nada de forzar dolores porque tengo cerca una carrera.
4. Mantener la calma. Yo sé que estar lesionado es un peñazo, que lo que queremos es correr y entrenar a tope. Pero, por experiencia propia, os digo que esa mentalidad obsesiva con volver a entrenar cuanto antes no genera más que ansiedad, que no ayuda a recuperarse. No pasa nada por parar unos días y hay un montón de ejercicios alternativos que podemos hacer para calmar nuestra falta de kilómetros.
5. Era nuestra prueba preferida, pero es que hay una o dos carreras cada fin de semana. Y, además, debemos asumir que ninguna carrera es más importante que nuestra salud. Si hay un dolor, hay que parar.
6. No te compares. Hablaba antes del vecino del quinto… Cada uno tiene un dolor y una forma de responder ante él. Olvídate de lo que le pasa a la de al lado y fíate sólo de lo que te diga el profesional que te trata. Cada lesión y persona es un mundo. Haz caso sólo de tus sensaciones.
7. Y, por último, ayudémonos entre todas, porque es responsabilidad compartida. No animemos a una amiga a seguir con dolor ni participar en una prueba si lleva 15 días sin correr por una lesión. Hagámosle ver que no pasa nada por parar, y que tendrá muchas oportunidades más para resarcirse.

¿Quién se une a la banda de la prudencia? ¿Alguien quiere compartir su experiencia?