Llevo una semana intentando escribir esta entrada, y eso que hace tiempo que tomé la decisión. Parece que hacerlo público es el paso definitivo, donde ya no hay vuelta atrás, y eso me entristece un poco. Esta temporada, dejo Bikila para formar parte del Oriente atletismo. Siento tristeza, agradecimiento e ilusión, a partes iguales.

Para explicar el cambio y que se entienda, voy a poneros en situación. Hace más de 10 años que entreno con Paco Martínez Soliño y, durante este tiempo, siempre comentamos que algún día correría con la camiseta de su equipo, en el que tanto trabajo y cariño invierte cada día. Sabíamos que era complicado si los resultados nos acompañaban porque el Oriente, independientemente de ser un club excepcional en todos los sentidos, es un club de base, que no puede aspirar a tener en sus filas a atletas profesionales que vivan del deporte.

Mientras peleábamos duro por nuestros objetivos, yo salí de mi querida Atlética avilesina en busca de un club que me permitiera cumplir mi gran sueño: ser atleta profesional. Estuve en el Olimpo de Zaragoza, en la Universidad de Oviedo y, por fin, en BIKILA. Y digo por fin porque, para mí, es uno de los mejores equipos profesionales que hay en España, y donde siempre había querido estar, sobre todo porque lo dirigen grandes amigos, con los que había compartido muchas aventuras cuando era más pequeña.

Entrar en Bikila, desde el momento en que se formó el equipo femenino, fue para mí un sueño. Una oportunidad de esas que se te presentan una vez en la vida, y un premio al trabajo de muchísimos años en este deporte. Una vez dentro, lejos de decepcionarme, me ilusionó aún más.

Gracias a BIKILA, comprobé que el atletismo profesional, con objetivos ambiciosos y compromiso máximo, no estaba reñido con el “buen rollo”, el compañerismo y la familiaridad de un equipo creado con el corazón de una familia ejemplar. No puedo estar más que agradecida a Mari Carmen, Isidro, Nadia, Ramiro, Diego y, por supuesto, Javi, por haberme acogido en su gran familia deportiva. Por tratarme como una atleta profesional, con admiración y mucho cariño, y por seguir confiando en mí en el peor momento de mi vida, deportiva y personal. ¡GRACIAS! Gracias también a todos los compañeros que se han cruzado en el camino y, sobre todo, a Santi y Rafa, porque sin vosotros no habría sido lo mismo. Como decía el otro día un compañero, creo que nunca se deja de ser Bikila, aunque se corra con otra camiseta.

Llevo tres años intentando correr en el nivel en el que estaba antes de la artritis y, bien por la propia enfermedad, o porque mis motivaciones son otras desde entonces, veo muy difícil que ese momento llegue. Por eso, creo que es hora de cambiar, de buscar la motivación en otros objetivos y de volver a ilusionarme con pequeñas cosas, porque de eso se trata este deporte, al fin y al cabo. Compararse continuamente con lo que hemos sido y añorar en estos momentos ser internacional, no tiene ningún sentido.

Que nadie considere que esta decisión es derrotista y radical. Cambio para “resetear” e ilusionarme otra vez con objetivos nuevos y diferentes. Quiero seguir mejorando cada día, pero comparándome con la Alba de “hoy”. El gran objetivo para esta temporada es correr el maratón que no pude hacer por la enfermedad, sea al ritmo que sea. Pero tener objetivos de club intermedios, sé que me ayudará a ir poco a poco motivándome.

Desde el miércoles, competiré con la camiseta del Oriente Atletismo, club en el que están mis mejores amigos de este deporte, y dirigido, como os decía, por una de las personas más importantes de mi carrera deportiva. Nuestro primer objetivo es estar en el Campeonato de España de cross por equipos en Gijón. ¡Que empiece la fiesta!