Publicado en General     15 de mayo de 2017

Cogiendo impulso

¡Hola!

Hace tiempo que no paso por aquí para hablaros sobre mi evolución, pero es que no sabía ni qué decir porque, tras llevar unas semanas encontrándome bien de cara a la media de Gijón, un dolor en un gemelo me ha hecho prácticamente no entrenar durante las últimas cuatro semanas. Lo cierto es que no parecía nada grave, pero hay días que me dejaba correr, y por eso lo hice en Gijón, y otros que no me permitía ni trotar durante 10 minutos.

Creo que ya estoy bastante bien, hoy he corrido media hora sin dolor. Así que volvemos otra vez a la carga, habiendo perdido ligeramente la forma, pero nada que no sea recuperable. Es lo bueno de no estar muy bien, que tampoco se notan mucho los parones.

Mayo era un mes decisivo para mí, porque era cuando iba a decidir si mi cabezonería de enfrentarme a un maratón en septiembre era factible o no. Hace tiempo que todo mi equipo decía que no lo era, pero ya os dije varias veces que yo soy el positivismo personificado, además de muy cabezota, y confío demasiado en algunas cosas que no tienen fundamento, como lo era preparar un maratón a los ocho meses de haber empezado a enlazar entrenamientos.  

Reconozco que me he resistido mucho a la idea y me da rabia tener que darles la razón, pero tengo claro que, si preparo un maratón, es para hacerlo en serio y con garantías de no lesionarme. Ahora mismo, mi cuerpo todavía no es el que era estructuralmente, y debo seguir trabajando para acumular los kilómetros que requiere esa prueba. Debo entrenar para poder entrenar más, esa es la clave. La carrera de Gijón me ha puesto en mi sitio y, tras ella, os confieso que pasé días muy malos, pensando incluso en tirar la toalla porque me parecía luchar contra algo imposible. Sufrí muchísimo desde el kilómetro 16 y me di cuenta de que no estaba preparada para pruebas tan largas, aunque el ritmo inicial no hubiera sido nada del otro mundo.



¡Ya veis! La parte mala de ser positivo es que las malas noticias llegan sin avisar, y así cuesta más asumirlas. Yo confiaba en estar a estas alturas corriendo una media muy fácil por debajo de 1h20 y llegué “a rastras” en 1h23. Lo bueno, es que la ilusión la tuve y, tras pasar unos días de tristeza por asumir que no estoy para nada, vuelvo a estar animada y viviendo día a día, con ganas de recuperar mi cuerpo y la capacidad de sufrimiento, objetivos prioritarios este verano. He decidido no volver a competir hasta que me vea bien, y entrenaré sin prisa, lo cual siempre me ha encantado.  

Estas semanas sin entrenar me han servido para pensar en lo que quiero, y volver a confiar en que puedo. Fueron días de echarme atrás para coger impulso, que a veces es muy necesario. Queda mucho para que comience la temporada que viene, pero no es tanto si pienso en todo lo que hay que hacer para empezarla en la forma en la que me gustaría hacerlo. Sé que, tarde o temprano, voy a volver a disfrutar corriendo.

¡Seguimos trabajando! Es imposible derrotar al que nunca se rinde.

2 comentarios “Cogiendo impulso

  1. Pilar el

    Si alguien puede, esa eres tú Alba. Como
    Siempre te digo. Eres un ejemplo a seguir????❤️❤️❤️❤️❤️

  2. Nieves el

    Tú tienes ese puntazo de decisión que te lleva a no rendirte. Pero también tienes el de la sensatez que te hace ver las cosas desde fuera de tí misma. Tómate tu tiempo que, después de todo lo que pasaste, es lo mínimo. Desahógate cuando tengas que hacerlo, y mira siempre a partir de hoy. ¡Ánimo, guapa! Y ¡ojalá tantos que te queremos podamos apoyarte para que alcances tus metas.

Los comentarios de esta entrada están cerrados.

Suscríbete