Hace un par de semanas, me levanté con un fuerte dolor en el pie derecho, en el mismo sitio donde me había hecho hacía año y medio, una fractura por estrés. Como muy de vez en cuando me dolía algo, no quise alarmarme demasiado y probé a hacer las series que tenía previstas. Pero cada vez que mi pie tocaba el suelo en las series, el dolor iba a más, así que decidí pararme e ir al médico.

Al día siguiente el Dr. De la Fuente no veía síntomas de edema óseo que indicara la fractura por estrés, pero aun así me solicitó un estudio por resonancia para descartarlo. Yo tengo confianza ciega en este médico desde que me operó en el año 2005, y sus dudas me daban muchas esperanzas de que no tuviera la fractura de nuevo, pero el pie me dolía hasta caminando, así que no podía quitarme de la cabeza la posibilidad de tener que parar otra vez.

Como ya soy una experta en estas situaciones, intenté ir día a día y no pensar más allá. Hasta que me dieran el resultado de la resonancia, había que mantener la calma e intentar distraerse con otras actividades y trabajo alternativo. Procuré no hablar mucho del tema para no darle demasiadas vueltas, pero mi cabeza estaba continuamente pensando en el pie.

Por fin a los dos días llegó el resultado… ¡Y no había edema! Sí que tenía algo de líquido y una especie de tendinitis que me iba a dar mucho la lata, pero no parecía preocupante en cuanto a gravedad de la lesión. ¡Genial! Ese día salí a rodar, y el sábado también. Al no sentir nada de dolor, sólo molestia, creí que estaría curada y decidí correr la Carrera de la Mujer. ¡Tampoco me dolió! ¡Estaba curada! Sólo había descansado tres días, pero si no me dolía…

Esa carrera fue para enmarcar. Además de quitarme las dudas sobre el dolor, la mañana en Gijón fue muy emocionante. Ya sabéis que hace unos años me planteé aumentar el número de mujeres en las carreras populares a través de un grupo de chicas que se llama “YES WE RUN”. Correr la carrera de la mujer con ellas era una asignatura pendiente, y ese día vivimos juntas la gran fiesta del running femenino.

Pero como todo lo bueno se acaba, el lunes me volví a levantar con dolor, y las dudas volvieron. Si ya la temporada se había hecho menos motivante por haber perdido las opciones de estar en Zurich en el 10.000m.l., esto la hacía totalmente cuesta arriba.

Desde entonces, lucho contra el dolor día tras día. La semana pasada hicimos las series como entrenamiento principal, y el resto de días sólo rodé un poco para que el dolor no fuera a más. Era una especie de prueba para ver cómo iba, aunque sin perder los entrenos principales.

Ahora me quedan cuatro semanas para el Campeonato de España y si sigo, quiero que sea para llegar al 100%. El médico dice que la lesión no es grave como para tener que parar a un mes del final de temporada, pero que el propio dolor puede que me limite el entrenamiento. Así que tras reunirme el lunes con mi entrenador, hemos decidido que iremos hacia delante hasta el final. Esta misma semana empezamos a entrenar prácticamente “normal”. Evidentemente, Paco sabe en que no puedo hacer ciertos entrenos, y procura adaptarlos todos al dolor. ¡Difícil tarea la que se le presenta este mes! Pero Paco sabe adaptarse a la situación mejor que nadie, y no es la primera vez que consigue llevarme en forma a un objetivo sin poder cumplir a rajatabla el plan.

Gracias además a mi fisioterapeuta Adrián Vegega, que cuida mi pie casi a diario, parece que el dolor se va manteniendo. Y con eso me conformo, ya que tengo asumido que hasta que no pare completamente, no se curará del todo.

Sé que este mes va a ser duro, que me van a surgir muchas dudas y que puede que haya entrenos que no pueda cumplir. Si ya es difícil entrenar a diario, hacerlo además aguantando dolor, es horrible. Pero yo quiero estar en el Alcobendas el próximo 27 de Julio en la mejor forma posible y sueño con bajar de 16’ en el 5000m.l., marca que se me resiste desde hace mucho tiempo. Quiero terminar la temporada corriendo por primera vez en muchos años. Ya os dije que era una atleta bastante cabezota y que me cuesta mucho abandonar mis objetivos. Así que si el pie me lo permite, y mientras no sea algo grave, lucharé hasta el final por conseguirlos.

¡Gracias a todos por acompañarme!