La primera palabra que me pasa por la cabeza para difinir a Alicia es dulzura. Tiene siempre una sonrisa en la cara, y es cariñosa como la que más. Por culpa de sus turnos de trabajo no puede venir muchos sábados a los entrenamientos, pero no por ello no es parte del grupo. ¡Todo lo contrario! Participa en todo siempre que puede, y digo sin miedo a equivocarme, que es muy querida por todas sus compañeras. El pasado fin de semana, y bajo las órdenes de Tamara Sanfabio, partía para Barcelona en busca de un gran reto: bajar de 2h en medio maratón. Y en yes we run estábamos como si corriéramos con ella.

¡Os dejo con su crónica! Gracias Ali, y enhorabuena una vez más. ¡A ti y a Tamara!

Yo no nací para correr, lo supe la primera vez que me calcé unas zapatillas de deporte, quizás por eso me empeñé tanto. Este domingo corrí mi tercera media maratón, y si yo pude, te aseguro que tú también. Elegí BCN por puro azar, es una carrera con mucha participación (así me aseguro que no llegaré la última), que me coincidía de descanso en el trabajo, en una ciudad que siempre apetece visitar y con un perfil de los buenos, o sea, llano. Esos suelen ser los requisitos que miro antes de decantarme por una carrera u otra. Vuelo asequible, apartamento cercano a la zona de salida para no tener que levantarme a horas intempestivas y listo, todo organizado.

Sólo queda lo más fácil: correr. El domingo nos levantamos sobre las 6:45 ya que la carrera empezaba a las 8:45 y ya se sabe que hay que desayunar al menos con 2 horas de antelación y si es antes, pues mejor. Sin experimentos, mi desayuno habitual. La ropa que me iba a poner la tenía pensada desde días atrás: camiseta YWR, el pantalón corto con el que corro más cómoda, medias de compresión (primera carrera que hacía con ellas, que no entrenamiento, ya se sabe que en una carrera nunca se debe estrenar nada, no vaya a ser que te de problemas), mis pegasus 31, cinta para el pelo y el iPod. Todo listo. Al salir a la calle me di cuenta de que las condiciones meteorológicas no podían ser mejores para mi, nublado, unos 10 grados y apenas viento. No podía fallar.

Tras calentar escasos minutos (con 21 km por delante no quería salir ya cansada!) nos colocamos en nuestro cajón, el último, el de más de 1:55. La organización de la carrera lo tenía todo previsto y no hubo agobios ni complicaciones, la verdad es que se merecen un 10. La salida fue progresiva por cajones y el estar en el último nos supuso 15′ más en el crono final, asusta un poco cuando cruzas la meta pero sabiéndolo de antemano evitas que te de un síncope.

El objetivo lo tenía claro, bajar de las 2 horas, así que tenía que ir a un ritmo constante, 5:30 a piñón, y eso me repetía en mi cabeza todo el rato. Sorprendentemente no corrí con música ni un instante, la tenía ahí por si me daba mucho agobio (siempre corro con música) pero no quería perderme nada de la animación en las calles: la gente gritando tu nombre ( lo ven en el dorsal y molan mucho esos ánimos personalizados), grupos de música en cada kilómetro, batucadas…una pasada!. Hasta el km 16 el ritmo fue bastante ajustado, a partir de ahí mi muro particular me hizo bajar el ritmo, las medias empezaron a molestarme, me daba la sensación de que me apretaban mucho, solo oía mi respiración, miraba el pulsómetro y me desesperaba viendo como perdía segundos…menos mal que Manu iba tirando de mí y no me dejó sola con mis pensamientos de fracaso…en el km 20 recuperé el ritmo y pude hacer un final bastante digno, cruzar la meta juntos fue inolvidable. Gracias.

Conseguí mi objetivo, disfruté la carrera y lo mejor de todo es que supe que lo puedo hacer mejor, no hay secreto, entrenar más. Nunca olvidaré esta carrera, como tampoco la primera en Gijón o la nocturna de Bilbao, todas han dejado algo en mí. Y como quiero seguir acumulando estas sensaciones maravillosas, quiero seguir conociendo gente fantástica y convertirme en una mejor corredora, en mi agenda ya está anotada mi próxima media.

Foto de meta: JJ Vico.