Desde que creé el grupo Yes We Run, he tratado de convencer a un montón de chicas para que vengan un día a conocer cómo es un entreno, y si quieren, que se unan al grupo. Siempre me resultó curioso haber conseguido juntar a más de 50 mujeres que no conocía y que mi entorno más cercano fuera siempre el que más se resistiera. Dentro de esas chicas que consideraban que correr no era para ellas, estaba mi amiga Jenny. ¡Mira que le he dicho veces que viniera! Y este año, por fin, lo he conseguido.

Jenny ha venido a Yes We Run simplemente a conocer un entrenamiento, y el pasado domingo debutó en Los 8km de Castrillón.

¡Felicidades Jenny! Para nosotras también eres una campeona, y esperamos poder acompañarte en muchos éxitos más. Gracias por compartir con nosotras tus sensaciones.

Os dejo con el relato en primera persona de su gran experiencia.

Quería compartir mi experiencia en mi primera carrera: Los 8 km de Castrillón.

El tiempo ayudó haciendo que el sol nos acompañara todo el recorrido. Fue un día muy emocionante desde el primer momento. Simplemente intentando aparcar, ya podías notar que iba a ser una gran tarde, la gente corriendo de aquí para allá, calentando, encontrándose…

Acudí a la carrera con mi ahora marido, mis amigos desde hace un montón de años que también competían, y con alguna nueva incorporación a mi familia Running.

Primer paso, RECOGER DORSALES, algo que vi que se hacía de una manera superordenada y pacífica, buscas tu número de dorsal, cada uno espera su cola, puedes hablar con quien tienes delante, te saludan conocidos desde otras colas… y primera sorpresa, un regalito navideño para las chicas y camisetas azul YWR!!! (enorme, pero azul)

Fuimos acercándonos hasta la zona de la salida y fuimos coincidiendo con otras chicas YWR, donde ya nos quedamos con ellas, y nos separamos de mis amigos. Ya empezamos con las risas, las fotos, los corrillos, los ánimos… un motón de positividad para calentar motores!

Y comenzó la carrera… y ahí estaba yo, con mi dorsal 328 con mi nombre, con mi equipación no oficial de YWR, toda conjuntada y probando mis playeros nuevos (¡como un pincelín!). Salí muy despacito porque por desgracia no me encontraba muy bien de salud desde el día anterior a la carrera, pero tenía que llegar, para eso tenía mi dorsal, para llegar a meta. Además, Alba me había avisado de que la vuelta era un poco complicada por el desnivel.

Sory y yo fuimos juntas prácticamente todo el camino, se nos unió una chica al poco de empezar y aceleramos un poquito para dejar de aguantar el sonido de la ambulancia. Llegamos a la altura del túnel de Arnao y ahí ya nos encontramos a los dos primeros chicos de la carrera, y yo buscaba a Alba y a mis amigos, me llevé una alegría al ver a Esteban tan adelantado y a Alba la primera chica con mucha distancia de margen con la siguiente. Después vi otro trio de amigos, ahí todavía tenía hasta fuerzas para animarles a todos. Qué alegría, ¡Alba primera! Todo iba bien… Pero madre mía, el km 4 y la vuelta hacia Piedras de nuevo parecía que no llegaba. Además hacía tantísimo que nos habíamos cruzado la cabeza de carrera, que empezaba a desanimarme.

Y nada… me concentré en mantener mi ritmo y en llegar, pero he de reconocer que entre mi atasco nasal y los ganglios inflamados como canicas, hubo ratitos que lo pasé mal. También me dio el flato, pero había que sacar fuerzas de donde fuera y poco a poco llegué al km 7. A partir de ahí me quedé sola (Sory cogió ritmo y se me fue), se acabaron los grandes desniveles, y poco a poco iba pasando por zonas donde había gente y los aplausos y los ánimos hicieron que recuperara el aire. El kilómetro y medio que quedaba se me dio mejor, conseguí respirar mejor y tenía más ánimo, y cada vez más gente, y aunque costó que llegara el km 8 llegó, y recuperé fuerzas, alargué zancada y encima al girar la última curva… ¡cuesta abajo! y más gente, y más aplausos y escuché “¡animo campeona!” de alguien que no me conocía y me sentí tan bien…

Y lo mejor fue llegar a la meta y ver ¡55 MINUTOS! Menos de una hora, INCREIBLE, y ahí me encontré con mis amigas Ana y Cris. Sus palabras y sus abrazos fueron mi mejor TROFEO. Me encontré a mis Yes We, las caras que yo conocía habían llegado todas… ¡BIEN!!!

Me encontré con todos mis amigos, y todos supercontentos. Noel me dio un abrazo y me dijo “estoy tan orgulloso”. Me dio la sensación de que todo el mundo que había corrido estaba contento. No había ganadores, pero estás contento o no por lo que haces, no por lo que ganas.

Y ahora me viene a la memoria los dos años que pasó Alba diciéndome cada vez que coincidíamos, “pero ¿por qué no te animas y vienes un sábado?” y yo diciéndole “Alba, yo iría a hacer cualquier deporte, pero correr por correr, sin motivo, no me llama”. Hasta que me lo dijo otro día delante de otra amiga que me dijo luego: “Pues teníamos que ir, nos vendría bien”, y por la que tuve que mentalizarme unos 15 días de que un sábado iría a correr.

¡Y fui! Y gracias al ambiente y a todas las chicas que estaban allí ese sábado, volví, y convencí a otras amigas para ir. Y ahora mis días de entrenamiento me sirven para estar con un grupo fantástico de mujeres y ver a mis amigas más a menudo, desconectar de la rutina y el estrés del trabajo y mis días de correr son mis días para estar con mis chicas. Y gracias a que nosotras empezáramos, empezaron también nuestras parejas y tenemos una afición común entre todos nuestros amigos y más disculpas para coincidir.

Y también me acuerdo del segundo sábado en el Ferrera cuando Alba dijo: “Uno de los objetivos de esto es que todas corráis la San Silvestre”, a lo que me reí porque era algo imposible, tanto como sacar tiempo para correr otro día por semana.

Y mira… 8km hoy. Y tenía razón aquel que no me conocía llegando a meta, ¡me siento una CAMPEONA! Corría contra la distancia y no contra el cronómetro y los batí a los dos y a mí misma, porque estoy haciendo algo que jamás hubiera pensado… y lo peor es que esto es sólo el principio.

Gracias a Alba, a mis amigas, a mis chicas Yes We Run por su amabilidad y sus sonrisas, todas tenéis vuestro granito de arena en mi victoria. ¡OS LO DEDICO! Y por supuesto a Noel, por medio obligarme también a ir al parque aquel primer sábado y por continuar animándome.