¡Hola!

Han pasado las navidades y llega el momento de los buenos propósitos: comer mejor, entrenar más, no dejar tareas pendientes, no depender del móvil… en definitiva, llevar una vida más ordenada y entrar en el mundo healthy que tanto añoramos. Pero lo más probable es que la mayoría de nuestros propósitos de año nuevo no lleguen cumplidos a finales de enero, sobre todo porque son muchos, poco realistas y copiados de los demás.

Así que yo hoy os propongo una pequeña reflexión, para que cada una de vosotras hagáis cuando acabéis de leer este post.

Os aconsejo que tengáis paciencia y que no seáis radicales. Cambiar de año no significa convertirnos en otra persona, y seguro que vuestra vida no es tan desordenada ni os sobran tantos kilos como decís. De hecho, si estáis leyendo este blog es que, o ya corréis, o queréis empezar, y cualquiera de las dos opciones es un gran paso para nuestro propósito de vida saludable. ¡Una cosa menos! Y esto ya es bastante costoso, como para plantearnos a la vez empezar una dieta estricta que no nos permita disfrutar de la vida.

Es cierto que hay que llevar una alimentación sana, y que estaría bien compensar los excesos de las navidades. Pero creo que por estas fechas solemos hacer una autocrítica muy extrema que no nos beneficia.

Hemos salido, comido y bebido. Estamos con horarios cambiados y el saldo de la cuenta a cero. ¿Y? ¿Quién piensa en lo que hemos disfrutado? Tenemos salud y un año maravilloso por delante para disfrutar comiendo sano, haciendo deporte, disfrutando de los nuestros, y viviendo como nos da la gana. Hemos pasado las navidades en familia, disfrutando de nuestros amigos y de la gastronomía española, que es maravillosa.

Así que ahora no es momento de críticas, es momento de pensar en lo que tenemos y lo que somos, y plantearnos qué queremos mejorar. Pero esa mejora debe ser a través de objetivos que nos hagan ilusión y nos motiven a llevar una vida saludable, más allá de bajar 2 kilos. Y además, debe empezar poco a poco, con objetivos intermedios realistas, porque ser radical nos hará dejarlo a la primera de cambio.

Yo en 2016 me he planteado volver a correr de forma habitual, porque aunque ya hago muchas cosas rutinarias, mi “vida normal” incluye entrenar, y tengo ganas de recuperarla. Aunque sé que será difícil, haré los esfuerzos que sean necesarios para conseguirlo y sobre todo, seguiré planteándome la vida día a día, porque es algo que la enfermedad me ha enseñado, y que no quiero dejar de hacer. Podría plantearme competir, pero como os digo, prefiero ponerme objetivos cercanos y realistas. Ya habrá tiempo de pasar a la siguiente fase, si se puede.

¿Qué os planteáis vosotros? ¿Compartís conmigo alguno de vuestros sueños para 2016?