Últimamente leo varias noticias donde se habla de los perjuicios para la salud que causa el running. Es cierto que, al ser un deporte de impacto, es más agresivo a nivel muscular y articular que otros deportes como andar bici o nadar. También es cierto que hay personas que son poco pacientes y no llevan a cabo el entrenamiento necesario antes de lanzarse a correr determinadas distancias, y esto puede traducirse en lesiones u otros problemas.

Pero, ante todas estas obviedades, me gustaría romper una lanza a favor de mi deporte, ese que tanto he fomentado en los últimos cinco años y que, a día de hoy, creo que sigue ayudando a mucha gente a llevar una vida muchísimo más saludable de la que llevaba antes de empezar a correr.

Todos sabemos que es obligatorio hacer deporte. Y, además, hacerlo a una intensidad media-alta, entendiendo esto como moverse a diario, no subir en ascensor, ir caminando si no es necesario coger el coche y, también, realizar una actividad aeróbica, que contenga trabajo de fuerza y algo de impacto. Porque el impacto controlado fortalece los huesos y disminuye el riesgo de osteoporosis.

Y todo esto, no sólo lo digo yo. Hace muy pocos meses acudí a una ponencia del Dr. Benjamín Fernández donde explicaba, con gráficos derivados de varios estudios, cómo el deporte no sólo previene la aparición de muchas enfermedades crónicas, sino que también aumenta la efectividad de tratamientos, favorece la eliminación de los efectos secundarios de los mismos y mejora la calidad de vida de los enfermos.

Por eso creo que, como en todo en la vida, debemos aplicar el sentido común. No hacer deporte es mucho peor que correr, pero debemos ser conscientes de que correr a lo loco no sirve. Es aconsejable hacerse revisiones médicas de forma periódica y entrenar con planes acordes a nuestra forma física. Al menos, dejarnos asesorar por expertos nunca viene mal.

Cualquier persona que corra sabe que hacerlo no sólo reporta bienestar físico, sino que, por encima de todo, nos aporta bienestar mental. Nunca debemos de olvidarnos de por qué corremos, y es bueno tener presente que las cosas bien hechas son más beneficiosas. Porque una lesión que surja por hacer el loco nos impedirá disfrutar de lo que más nos gusta.

Así que, ante cualquier nuevo reto, creo que es bueno plantearse si de verdad nos merece la pena porque consideramos que podemos con ello sin riesgos y, además, nos motiva, nos ilusiona y, en definitiva, nos hace más felices. Si es así, creo que no hay nada más que añadir. ¡A por ello!

PD: Si alguna de vosotras vive en Madrid y quiere aprender a entrenar bien o empezar a correr de forma progresiva, la espero el sábado en Madrid, en la primera quedada del #ywrTourMadrid by Tomtom (info).