No iba a escribir hoy sobre esto pero, tras ver en los informativos un video en el que un atleta ayudaba a otro a llegar a meta casi desmayado, catalogado como un gesto de deportividad y solidaridad, me veo en la obligación moral de aconsejaros al respecto.

No voy a criticar el gesto porque estoy convencida de que está hecho con el mayor cariño del mundo y, que un atleta decida perder unos segundos de su marca para ayudar a otro, siempre lo veré como un acto de compañerismo que, por suerte, se ve varias veces en nuestro deporte. Pero, con este caso, me gustaría aprovechar para explicaros que, lo que este chico ha hecho, sin saberlo, podría poner en peligro la vida del otro atleta.

Nuestro cuerpo tiene una especie de sistema de protección de algunos órganos que bloquea el aparato locomotor cuando ve que éstos pueden estar en peligro. Por eso, algunas veces vemos a la gente corriendo como si se fueran a caer. Porque su cuerpo se ha colapsado para proteger sus órganos principales. Y, justamente por ello, lo que debemos hacer ante una situación así es llamar a los servicios médicos y forzar a la persona a pararse, en vez de ayudarla a continuar hasta la meta.

Nunca he sido defensora de la moda “finisher” y del terminar por encima de todo. Si no se puede, no se puede. ¡No pasa nada! Y lo hago extensible no sólo a este tipo de situaciones sino, también, a las lesiones. ¿De qué sirve terminar una media maratón cojeando? ¿De verdad es tan importante llegar a meta como para tener que hacerlo en esas condiciones? ¿Cuál es el objetivo real por el que hacemos deporte? Mejorar nuestra salud, nunca os olvidéis de ello.

Y esto lo digo tanto para los atletas populares como los profesionales. Yo nunca he llegado a una situación así, tampoco he corrido maratón. Pero si alguna vez me viera en ella, me encantaría que alguien me parara y me llevara a los servicios médicos porque, para mí, no hay nada más valioso que mi salud, por encima de cualquier triunfo o medalla.

Espero que esta entrada os sirva para saber lo que tendríais que hacer si veis que os empezáis a sentir mal en una carrera, si tenéis un dolor o si le pasa algo parecido a algún amigo o compañero de fatigas. ¡Siempre debe primar la prudencia!

Disfrutemos del running con sentido común, y celebremos llegar a meta felices, y sanos.