Todos los que llevamos un tiempo corriendo hemos sufrido alguna lesión. Por desgracia, las mías han sido varias, así que podría escribir un libro sobre ellas y sobre lo que se siente cuando llegan. Dudas, frustración, ansiedad… ¿Quién no ha tenido ganas de abandonar por completo por no poder correr? Porque las lesiones forman parte del deporte, todos las hemos sufrido o sufriremos, y así debemos asumirlas, aunque nos cueste.

Pero también estoy convencida de que muchas se podrían evitar entrenando de la forma adecuada, y sobre todo, cuidándonos cuando llega el primer dolor. Como lo de entrenar bien da para muchas entradas, me centro esta vez en: ¿Qué hacer cuando nos duele algo?.

El primer paso SIEMPRE es parar. Nunca podemos correr con un dolor, porque esto nos podrá provocar una lesión o incluso varias, porque cambiaremos la forma de pisar.

El segundo paso es reposar unos días y acudir a un experto para que nos de un diagnóstico, y nos trate de la forma adecuada. Es difícil saber si es necesario ir al médico (siempre deportivo) antes que a un fisioterapeuta. Muchas lesiones las diagnostica un fisio sin ninguna dificultad, y quiero creer que si él ve que está perdido, nos enviará a un médico de confianza. Al menos así es como trabajan los fisios que a mí me gustan. Aunque yo siempre he sido de la opinión de que: “el médico diagnostica, y el fisio cura”.

Creo que un paso muy muy importante es hacerles caso. Parece una tontería, pero estoy segura de que muchos de los que me estén leyendo se verán identificados con este punto. ¡No hacemos caso a los profesionales que nos aconsejan! Y eso hace que nos precipitemos en nuestra vuelta a los entrenamientos y recaigamos en nuestras lesiones. Si hay que parar se para. Una vez, un hombre muy sabio al que quiero mucho me dijo: “cada día que el dolor no mejore, estás perdiendo tiempo”. No vale que sigue igual, que me deja hacer, que no empeora… Tiene que mejorar.

Y por último, mantener la calma. El consejo más sencillo de dar, y más complicado de seguir. ¡Y creerme que os entiendo! Llevo año y medio trabajando la paciencia, y aún tengo que recordarme cada día que debo tener cuidado con mi vuelta a los entrenamiento. Hay que asumir las lesiones como parte del deporte, como os decía al principio, e intentar distraer la mente en cosas que no hacemos cuando entrenamos. Algunos dolores nos permiten hacer deportes alternativos como nadar o hacer elíptica, y son una buena opción para sentir que no perdemos entrenamiento. Y hay que tener muy claro que esto lo hacemos para disfrutar, y no puede suponernos otro problema añadido en la vida. Cada fin de semana hay una carrera diferente, y tenemos toda la vida para correr. No nos obsesionemos sólo con la que estamos preparando porque lo primero es curarse para poder seguir.

Un beso, y todo mi ánimo para los que ahora mismo no pueden preparar sus objetivos. ¡Todo se cura! Vuestro momento llegará.

Alba