La semana pasada me preguntaba una chica por instagram si debía o no correr con pulsómetro, y como la respuesta iba a ser larga, le prometí que le haría un post en el blog para hablar de ello. No es la primera vez que me preguntáis, y como no me gusta ser radical en las respuestas, os diré que sí, y no, jaja. Me explico:

Cuando realizamos un entrenamiento, o incluso yo cuando diseño los planes para vosotras, tenemos varios parámetros de control: el pulso, los tiempos, los ritmos, las sensaciones… Y de todos esos, el único que es controlable y medible por el propio atleta son las sensaciones. Ya os hablé sobre ellas cuando hablamos de los relojes con gps (enlace aquí), y es que me encanta que la gente me cuente cómo se ha sentido y que a la vez aprenda a correr fijándose en ellas.

Evidentemente, todos los parámetros dan información sobre el entrenamiento: Series a un ritmo (otro día os hablaré de él), con este tiempo de recuperación, a x pulsaciones, y encontrándome genial. Pero, ¿realmente saben el entrenador y atleta analizar ese nivel de pulsaciones sobre un entrenamiento realizado? Yo os diría que no, en la mayoría de los casos. El pulso varía en función de la temperatura que haya, de lo que hayamos dormido la noche anterior, el cansancio de ese día, del circuito por el que hayamos corrido… Y eso es imposible de analizar. El pulso por tanto, para mí, es un valor más a comparar con otros días similares, pero no una medida fiable para analizar entrenamientos.

Ahora hay muchos entrenadores que no sólo lo utilizan para analizar, sino también para programar las sesiones. Sobre esto os diría que podría servir (con los márgenes de error adecuados) sólo si el atleta ha hecho una prueba de esfuerzo y sabe el pulso de cada ritmo, o si llevamos con un entrenador muchos años, analizando bien los entrenamientos, y ya sabe los valores en los que nos movemos.

En algunos casos, su uso es obligatorio

Tengo que aclarar que para algunas personas el control del pulso es obligatorio. Para gente por ejemplo con problemas cardíacos a los que su médico les aconseja hacer ejercicio sin pasar de determinadas pulsaciones. Otro caso que muchas de vosotras ya sabéis es el de las embarazadas, que deben correr con pulsómetro para controlar que su corazón no vaya a un pulso elevado, lo cual sería perjudicial para su bebé. Además, muchos maratonianos lo utilizan en sus “tiradas largas”, porque suelen hacerlas siempre a la misma hora, y por circuitos muy similares.

No sé si con esto os he aclarado algo o confundido más. Mi conclusión es que si lo llevamos, nos aporta datos interesantes, pero que no es necesario, y mucho menos una medida necesaria para entrenar o planificar entrenamientos. Si tenéis alguna duda concreta, no dudéis en preguntarme.

¡Un beso!